martes, 11 de marzo de 2008

Made in Spain


En estos momentos tendría que estar terminando mi esquemita de historia, pero como llevo mucho rato con ello y tengo otra idea gestándose en mi cabeza he decidido dejarlo para mañana por la mañana.
Viniendo en el autobús he escuchado las quejas de una señora sobre el botellón y como se metía con los jóvenes (cómo no) por manifestarnos por el botellón mientras en Francia lo hacían por eliminar el Contrat Premier Emploi (para los no puestos, algo asi como las ETTS en españa, pero aún explotando más a los jóvenes).
Tengo una réplica en mi cabeza que no sé si sabré expresar, pero allá va.
Señora, ante esto sólo puedo decir: ¡Pues sí, ole nuestros cojones!
Me explicaré y explicaré esta frase tan soez:
Los franceses viven obsesionados con el futuro. Se interesan pues por lo que dentro de unos años les sucederá y se manifiestan, se angustian y se quejan. Muy legítimo y muy en su espíritu idealista (mayo del 68, revolución francesa...). Seguro que algún año de estos lo disfrutarán.
Yo en cambio vivo despreocupado. Soy latino de pura cepa y como tal me preocupo de lo que tengo delante de mis narices en este preciso momento. Si me puedo escaquear del trabajo para ir a echar un cigarro, pues me escaqueo. Si me puedo quedar mirando mientras otro hace mi trabajo, mejor que mejor. Yo lo que quiero es disfrutar de mi adolescencia, salir con mis amigos, desfasar y aprovechar para hacer cosas hasta que el cuerpo aguante, porque me importa vivir el presente. Por lo tanto sería una hipocresía de mi parte manifestarme por otra cosa que no sean mis intereses. Y si mis intereses, como buen joven español, son las chicas, la fiesta, ir a mi bola y reirme un rato, pues me manifiesto por eso. Por el botellón, el buenrollismo y la fiesta.
En el mundo tenemos fama de fiesteros, juerguistas y demás, pero yo creo que hay más que eso. Visto por este lado parecemos la lacra de Europa. Pero yo también creo que sin este relax y sin este modo de vida no nos habríamos ganado la fama de gente abierta, simpática y afable. Vivimos tranquilos, siendo nosotros mismos e intentando sacar partido de todo. Y particularmente yo estoy orgulloso de ello. Porque no somos ni los pijaitos franceses, ni los estirados ingleses, ni los hiperpatrioticos americanos, ni los serios alemanes, ni los retraídos suizos. No. Nosotros somos otra cosa. Nosotros somos españoles.

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