miércoles, 26 de marzo de 2008

Llueve sobre mojado.


Abro la página web del periódico deportivo Marca y entre una de las noticias más destacadas encuentro una noticia de Laporta. Para empezar, eso ya es para echarnos a temblar. Efectivamente, el "president" del Barcelona asegura que Cataluña, o Catalunya, o como queráis llamarlo, es un país entre España y Francia. El otro día me pasó lo mismo, sólo que la noticia era que una panda de críos no quería formar si tenía que escuchar el himno de España. Abro la página web del diaro Sport (no soy muy dado a gastarme dinero comprando una edición de papel que puedes encontrar casi íntegramente en Internet) y me encuentro con un dibujo que dice que si Schuster es "soci del Barça" y que si el señor Raúl está acabado.
Al margen de que es cierto que Laporta tendría que aprender a tener la boca callada y los pantalones subidos; y de que es cierto que en el Madrid no todo es un campo de rosas (evidentemente), esto me hace pensar en la calidad de los periódicos españoles.
Que asco abrir la Razón, el País, el Mundo o Público sabiendo perfectamente que no es que vayan a defender a muerte los ideales de su partido, que aunque denigra claramente el arte del periodismo me parece algo normal, sino que lo que van a hacer es meterse con el rival. Que si ahora Zapatero ha mandado tropas a Afganistán y no cumple sus promesas electorales y no va a ser un buen presidente; que si el señor Rajoy no tiene, con perdón, ni puta idea de lo que va a hacer hasta junio...

Particularmente me planteo una pregunta: ¿a dónde cojones nos lleva todo esto? Esto ni es periodismo crítico ni periodismo de opinión, sino propaganda, bien de un equipo de fútbol, de un partido político o de lo que sea. Por lo que a mi respecta, empiezo a ver los periódicos como un mero panfleto, un instrumento en manos de instituciones que los utilizan para anunciarse. Quién tiene el poder de la palabra tiene el poder de manipular a aquellos que les escuchan o les leen, como bien sabían los sofistas. Además, quién tiene el poder de utilizar la palabra para informar al resto de las personas sobre los sucesos tiene también el poder de influir sobre ellos, sobre sus decisiones, su política y su manera de pensar. Este es un poder enorme, y, como nos enseñó de pequeños ese famoso cómic, ese poder conlleva una responsabilidad. La responsabilidad ética de asumir que no podemos utilizar los periódicos como una mera campaña descalificativa, sino como un medio de informar a la sociedad, y de informarla bien, y desde luego este tipo de noticias y de alienaciones dicen muy poco del periodismo español. Pero, ¿qué se le va a hacer? Aquí ya llueve sobre mojado.










salud suerte y sueños.

3 comentarios:

Jovenes Colgaos dijo...

es una autentica verguenza la visión partidista que hacen los medios de comunicación de la realidad, pero es que es lo que hay,... tal y como está el pais hay que intentar hojear varios periodicos cada día para enterarte de lo que pasa por que si no.... mal!! en fin!!

Nacho dijo...

A pesar de que ciertas visiones tuyas no las comparto. Me encanta discutir contigo sobre ellas y a veces, sin que sirva de precedente comparto algunas cosas como la visión partidistas de las medios de comunicación.
Es una pena. Esperemos que nosotros no caigamos en estas cosas.

Unknown dijo...

Bienvenido al mundo real.